La vida, nuestras vidas, son como mensajes embotellados que flotan en el mar con la misión primordial de transmitir una información específica. El nacimiento tiene lugar en el momento que el autor transcribe el comunicado a papel, plasmando una noticia que cambiará el rumbo de la historia, en mayor o menor medida, de la persona que lo lea. Ese mensaje, ondeará los mares y los océanos, sin dirección predefinida y ausente del conocimiento sobre quien será el afortunado que le de un propósito a su misión, una utilidad. Si dicha botella se rompiera o perdiera en lo más profundo del abismo, su creación no habría servido de nada, al no haber podido desempeñar su encargo. Incluso cabe la posibilidad de que alcance la meta siendo inconsciente de la magnitud del triunfo, pero en manos del receptor, su existencia finalmente cobrará sentido y consecutivamente desaparecerá en el olvido como un trozo de papel más, eso si, al menos satisfecho de cumplir su encomienda.
Nuestra vida, mitad ficticia, mitad real, es un viaje marítimo con altibajos y adversidades, en el que nos mantenemos siempre a flote hasta el momento que culminemos nuestra misión, solo para poder después perecer gozosos y en paz tras los actos emprendidos. La amplitud de nuestro universo es equiparable al espacio que tiene el mensaje dentro de la botella; mas que el suficiente para existir. La morbosidad de conocer el todo que nos acoge para concluir nuestro mandato, es insignificante comparado con nuestra labor. Lo importante es disfrutar del aparente naufragio con sus enormes experiencias y ser feliz cumpliendo con nuestras obligaciones, sean cuales sean los motivos que nos avocaron al precipicio de esa aventura. Solo así, seguro de nosotros mismos, la lógica de ser quienes somos y estar aquí y ahora, será comprensible tanto como que una persona se abra en confianza a otra. Y finalmente, el paso del tiempo y de las generaciones darán fruto al trabajo ejercido durante la búsqueda de cada peldaño, hasta que el último corone la pirámide existencial que juntos habremos construido toda la humanidad.
Espero que después de exámenes pueda acabar un relato, un corto. Tengo que poder, no está lejos.
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on martes, agosto 24, 2010
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