El otro día, de viaje de sky estaba todavía, se me ocurrió hablar de la VERDAD. Si, pero no en todo su concepto. Más bien la conversación la dirigí hacía donde el hombre de a pie, no debe caer en buscarla. Y es que estamos acostumbrados a analizar y diagnosticar, cada pedazo de información que nos llega desde medio que sea. Información disponible en la Era contemporanea desde cualquier punto del planeta practicamente. Poco a poco, intentamos deducir si "tal cosa" puede ser verdad o no. Los bormardeos de programas de televisión, radio, noticieros, compañeros, amigos, desconocidos, rumores, conversaciones ajenas, etc, es tan desmesurada, que no entiendo como no nos volvemos locos. Si es que no lo estamos ya. Pero esa costumbre de intentar estrujar todo lo que nos ha llegado, via X, para esprimir solamente un gota de veracidad, es agotador e inútil a la larga.

Sabiendo esto, me dí cuenta de que solo hay una opción. Creértelo o no creértelo. Lo demás da igual. Pensar si es verdad, es absolutamente una pérdida de tiempo. Defender ciertas verdades, para mi es incluso ilusorio. No hay otra verdad más grande que la que tu mente es capaz de aceptar, de creer.

Todo partió durante una conversacion de temas tan míticos de mi juventud más aferrada, como por ejemplo, el tema de Ricky Martín (que yo confundía con Enrique Iglesias) en el programa de sorpresa sorpresa, ademas de otras historias más que ya recuerdo solo vagamente. Si, puede que sean chorradas, noticias estúpidas, pero yo creo que pasa igual con todo.

Leer, estudiar, cultura, experiencias, son lo primeros conceptos que me salen al pensar, para defenderme día tras día de las mentiras, de los engaños, de las trampas y tramposos y demás. Hay que estar en el mundo, sin enrredarte en el mismo. Si tenemos la oportunidad de elegir, de escoger, lo mejor es escoger lo que más conveniente para nosotros y a los que queremos. Me da miedo admitir que en el mundo en el que vivo me siento libre, porque en realidad no creo del todo que sea así. Libre libre, no soy, pero si lo suficiente para llegar a ser feliz sin pedir mucho más. Como pienso y como soy, son hechos que se cimientan en una infancia bien planificada. Gracias a mis padres y familia, a mi colegio a mi ciudad, soy como soy. Desde estar aquí escribiendo lo que voy reflexionando, hasta querer ahora mismo coger y largarme a cualquier sitio, o ver a quien yo quiera, son cosas que me hacen sentirme libre. Claro que soy esclavo de cosas, del dinero por ejemplo. O del tiempo también. De las mentiras, de lo que he hecho, de mis amistades, de lo que oculto, de lo que no quiero admitir, de los sueños, de mi mismo, del amor o de aquellas cosas que no se pueden definir, de mis equivocaciones. Pero también se que no lo soy de otras, como de aquellas que me siento bien haciéndolas, de ayudar, de ser útil, de ser un buen oyente, de aprender, de leer, de observar, de comprender y entender lo que me rodea, de andar y correr, de saber y conocer. Algunas de estás últimas cosas, aparentemente son cadenas, pero lo que hace que no lo sean, es que tu capacidad de elección, como dije antes. Si tú eliges por ti mismo, integramente, sin estar condicionado por nada, deberías considerar que eres libre. Pero que pasa, que eso es un ideal, ya que siempre estamos condicionado a elecciones previamente hechas, a lo que nos han enseñado y como nos lo han enseñado, a nuestro alrededor en general. Libre libre, no somos al 100%. Y la frontera entre ambas es muy fina. Por lo que cuando me refiero a elegir, me refiero especialmente a aquellas que te hacen feliz, y también lo más feliz posible a los que te quieren.

Conseguir lo dicho y saber que es lo que te va a hacer feliz de verdad, pienso que es necesario emplear una herramienta muy solicitada en el planeta, la cultura. No solo a lo que se entiende por política, medio ambiente, geografía etc, sino cultura de la vida. Aprender que cosas son las que te van a hacer feliz en un futuro, y las que van a hacer feliz a la gente gracias a ti. Porque como ya he dicho y seguiré diciendo, la meta, es ser feliz, pero sabiéndolo ser y sin perjudicarte ciegamente. No quedará otra cosa de tu ser, nada más que polvo y recuerdos, físicos o memorables, en la mente de los demás. Por lo que disfrutar la vida, es lo que a mi se me ocurrre como lo mas coherente, lo más práctico, para el camino que falta por andar.